lunes, 22 de noviembre de 2010

004 Id al médico de pago


Empezamos a ilusionarnos con la idea, pero por el momento tampoco hay ningún nombre que nos atraiga especialmente. Ya se verá más adelante. Mientras tanto, habrá que coger cita con el médico y esas cosas, ¿no?. “Id al de pago; os tranquilizará más” nos dicen por aquí y por allá. Todo un lujo para nuestra economía, como la de muchas otras personas. ¿Cuántos niños vienen al mundo sin haber pasado por un especialista privado?. Igual si nos apretamos un poco el cinturón, podemos ir, pero cuando venga el bebé, habrá que apretárselo más aún. Si algo podemos ir ahorrando ahora mejor. Sobre la marcha. Por suerte tampoco somos orgullosos y no es imprescindible “ir de estreno” porque sea nuestro primer hijo. Eso no es proveerle de lo mejor. Así pues, reciclaremos cuanto sea posible de primos, sobrinos y quien sea: el carrito, la cuna, los pijamas...
-          ¿De cuánto estás?.
-          De una falta.
Nos dan cita para la matrona dentro de quince días. A ver quien nos toca, que parecen no dar abasto y aún queda mucho dinosaurio por ahí. “Id al de pago”. Vuelven a repetirnos. “Te lo pagamos”. Bueno, todo un detalle, pero por el momento nos apañamos. Parece que todos tengan algo de miedo en el cuerpo y quieran asegurarse que el sobrinito que viene de camino venga en perfectas condiciones. Lo cierto es que posiblemente quien más miedo pueda tener es quien lo lleva dentro. Ahora es cuando más echará en falta a su madre.
Empezamos a decirlo a la familia más próxima, por no levantar demasiado la liebre, que con tanto aborto como se oye por ahí, incluso dentro de la propia familia... Ilusión, alegría, ¡Qué bien, qué bien!. “Este es de nuestra sangre”. Oír esto es algo que me repele. Una manifestación del egoísmo, el individualismo y la propiedad privada. Algo del mismo estilo de aquello de: “Yo por mis hijos mato”, y a los demás que les den, ¿no?. Creo que es un pensamiento primitivo que aún está muy extendido.

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