domingo, 5 de diciembre de 2010

014 Y no pasa nada

Poco a poco a ella se le van yendo las angustias. Come a todas horas. Se pasa el día royendo como un pequeño ratón, incluso se despierta por la noche con un hambre terrible. Eso sí, come en pequeñas cantidades porque enseguida queda saciada y si se pasa, le sienta mal. Por lo demás, salvo la turgencia de sus pechos, no se le nota que pudiese estar embarazada. No ha engordado.
Ahora parece un tiempo de espera, de vacío, de latencia, pero ese pequeño ser que se está formando en su vientre no para de pedir alimento y tranquilidad. Ella también se pasa el día con mucho sueño. Duerme tanto como come. Como para todo en la vida, ella se lo toma con toda la tranquilidad necesaria para ir gestando poco a poco a ese ser vivo. Quizá cuanta mayor tranquilidad, mejor se formará. Como todos los padres, deseamos que salga perfecto, que nazca bien, pero aún es muy pronto para saber nada de él o ella. Incluso podrían ser dos o tres. ¡Quien sabe!. Lo cierto es que aún conocemos poco sobre los mecanismos de la naturaleza y últimamente también hemos visto muchos carritos dobles.
Esperamos que nos llegue la carta de citación para las tres ecografías que se harán a lo largo del embarazo en la sanidad pública, pero también se hace esperar tanto como la cita con la matrona. En ellas podremos ver si se está formando bien o si tiene alguna malformación.
Mientras tanto, vamos leyendo cada uno a su ritmo y disponibilidad, la guía que nos facilitó la matrona. Una compañera también nos ha pasado un documental de Nacional Geographic sobre lo que sucede en el vientre materno durante el embarazo. Lo cierto es que ahora disponemos de mucha más información de la que tuvieron nuestras madres.

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