jueves, 30 de junio de 2011

099 Primeros sustos

El domingo estaba dando una vuelta con la bici con mis amigos cuando de pronto sonó el teléfono. Era mi mujer. Todos exclamaron mi nombre. ¡Que ya viene!. Cuando contesté, simplemente me dijo que ya había almorzado y que si quería, que me comprase yo los churros que habíamos quedado en almorzar, que ella ya había hecho el chocolate. ¡Falsa alarma!. ¡No es nada!. "Dile que no nos de esos sustos, añadieron algunos de mis amigos.
Ayer me quedé a comer en el trabajo y poco después, sonó el teléfono. Otra vez era mi mujer. ¡Llamarme ella a estas horas… Ahora sí!. ¡No es habitual que me llame nunca!. Pero nada. También se trataba de otra falsa alarma.
Ahora veremos. ¡Dicen que a la tercera va la vencida!.

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