domingo, 17 de julio de 2011

123 M.E.O. P.I.S

Tras una larga, larga noche, igualmente ha sucedido una larga mañana de llantos y de experimentar posturas para tenerlo en brazos intentando calmarle, sin buenos resultados, hasta que tras oprimir un poco los pezones para ver si salía calostro, leche o lo que fuera, hemos podido comprobar que "los había secado". Hemos pedido algún tipo de ayuda a las enfemeras y nos ha dado la mitad de un pequeño biberón, del que con tomarse la mitad del líquido, tendría suficiente. Nos han preguntado si iba a ser una ayuda puntual o si teníamos intenciones de continuar con ella.
Por el momento preferimos darle pecho, pero quizá hasta que le venga la subida de leche, o por lo menos mi mujer descanse un poco, vamos a probar. Ha sido mano de santo.
Efectivamente el bebé tenía hambre. Resulta curioso encontrar entre las enfermeras tan gran disparidad de opiniones respecto a si dar el pecho únicamente, dar suplementos con biberón, dar sólo a demanda del bebé o administrar las tomas cada determinado tiempo. ¿A quién hacemos caso?. Todos argumentan experiencias o conocimientos, eso sí, unos de manera estricta y otros más flexibles. ¡Es de locos!.
Sólo me cabe decir que quizá es mejor no hacer demasiado caso de tan dispares opiniones, y dada la labor que nos ocupa, aplicar la última técnica de ensayos clínicos de laboratorio "M.E.O. P.I.S": Mirar, Escuchar y Oler. Pensar e Investigar Soluciones. Esto es observar bien los movimientos y el comportamiento del bebé; escuchar los sonidos que emite al respirar, al amamantarse o de su movimiento intestinal; y de cuando en cuando, acercar la nariz al pañal, y después, pensar a qué puede deberese y a continuación, ir probando posturas para tenerlo en brazos antes y después de mamar; probar si hay leche en los pechos; probar que succione primero en un pecho y luego en otro; probar formas de limpiarlo; probar intercalar un poco el biberón para que descanse la madre o se involucre más el padre... Tras todo ello aplicar o instaurar aquellas pruebas en las que mejores resultados hayamos obtenido y si es necesario, volver a empezar el ciclo para cambiarlas gradualmente hasta que hallemos las rutinas que mejor se adaptan a nosotros y nuestro bebé, puesto que aunque él sea el centro de nuestras vidas, nosotros también hemos de estar bien para darle lo mejor, porque Padres infelices, nerviosos, insatisfechos o estresados= bebés infelices, nerviosos, insatisfechos o estresados, y está claro que no sólo crece el bebé, sinó tambien las emociones y sentimientos, tanto buenos como malos, que rodean la vida de los padres.
Sin duda esta técnica no es nada del otro mundo, porque al fin y al cabo, madres y padres ha habido y los habrá de todo tipo, y los bebés igualmente han ido llegando a adultos, pero de como seamos nosotros y cómo los tratemos, más que de la técnica de crianza utilizada, dependerá en buena medida su forma de ser.

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