domingo, 14 de agosto de 2011

140 Punto de discusión

Durante las tres primeras semanas, mi mujer estuvo amamantando a la niña a demanda, quedándose muchas veces dormida al pecho, pero a partir de la segunda, esta empezaba a llorar mucho por las noches. Cuando fuimos a la visita con el pediatra y se lo comentamos, este nos dijo que a veces va bien darles pecho a demanda, pero hay casos en que si esto no funciona, es necesario establecer algunas pautas en la toma. Así nos aconsejó darle cada dos horas y que estuviese unos diez minutos en cada pecho. Añadió que si lloraba todas las noches hacia la misma hora, se trataba de los cólicos del recién nacido, que dura aproximadamente hasta el tercer mes. ¡Oh, no!. ¡Tres meses así!.
Así empezamos a seguir las recomendaciones y nos quedamos igual. No funcionaba. La niña seguía durmiéndose al pecho, llorando por las noches. Decidimos mantener la pauta cada dos horas si ser tan estrictos, pero que estuviese el tiempo que necesitase en cada pecho, que continuaba tomando con mucha paciencia, repetidas pausas y quedándose dormida a menudo. Tratábamos de hacerle unas pequeñas cosquillas en los pies, según nos dijo la matrona, para evitar que se durmiese y el tiempo que estuviese enganchado al pecho, lo invirtiese únicamente en succionar, pero llegada la noche, cada vez lloraba más. Le administramos un jarabe homeopático para los cólicos que siguió sin surtir efecto. La niña seguía llorando por las noches. Pronto empezó a llorar también al mediodía, hasta que descubrimos que en realidad el bebé tenía hambre.
Optamos así por administrarle un biberón con el que de repente, desaparecieron los supuestos cólicos. Parece que en realidad el bebé se estaba quedando con hambre. Inicialmente pareció aquella la solución: con un biberón por la noche, bastaba para no llorar y dormir un buen rato de tirón. De hecho ha estado funcionando mucho, hasta que ahora parece que también quiere el biberón a mediodía. Se engancha a la teta con nerviosismo, succionando con gran avidez, hasta que se suelta de puro nervio. Primeramente con el biberón parecía calmarse y tomarlo relajadamente, hasta que en estos dos últimos días ha estado succionando el biberón de manera muy estresada. También ha estado regurgitando más de lo que era habitual.
Esto ha hecho que nos sintamos completamente desorientados ya, sin saber bien qué hacer o qué sucede realmente, incluso llevándonos casi a discutir sobre la situación y a quién hacíamos caso o sobre qué medidas podíamos tomar al respecto.
Lo que está claro es que mi mujer también esta cansada. Le duele la espalda, tiene sueño y le cansa tener que darle pecho con tanta frecuencia, especialmente por las noches. Parece que tampoco saca mucha leche y le está gustando eso de darle biberón, pensando que quizá en realidad no produce suficiente leche.
Yo no creo que sea problema la leche que produce mi mujer, sino más bien el cómo o cada cuanto darle de mamar y el hecho de no poder oír llorar al bebé, prefiriendo darle un biberón si esto lo calma. En este sentido, ahora me parece observar que el bebé también empieza a preferir el biberón. Así que empiezo a decidirme que lo mejor, es darle pecho únicamente y a demanda, claro que en este caso es mi mujer la que más lo sufre, porque yo el biberón se lo puedo dar, dejándole a ella descansar, pero el pecho no es competencia mía. En esta situación, incluso he llegado a desear ser yo el que tuviese pecho y tratar de establecer algún tipo de orden y no marearnos con tantas pautas, pruebas, o por lo menos, permitirle descansar a mi mujer.
Es lógico así encontrarnos con gente que directamente se decanta por el uso del biberón.

1 comentario:

  1. Probar de contactar con algun grupo de Lactancia para todas esas dudas, suelen resolver dudas de este tipo,
    Saludos

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