jueves, 25 de agosto de 2011

146 Se acabó la cuarentena

El tiempo pasa y más rápido tras unos días de descanso por paternidad y las vacaciones de verano. Han pasado cuarenta días desde el parto, momento a partir del cual se supone que ya pueden iniciarse las relaciones sexuales, también algo de actividad física, incluso bañarse en la playa o en la piscina.

Pero a ella no le pica como a mí. Quizá el sexo es algo no secundario para ella, sino por lo menos cuaternario. Claro, que podría explicarse que como no duerme bien, dado que ha de amamantar al bebé por las noches, o está pendiente de todo lo que le pasa, está cansada y el sexo es lo último que le apetece. Ni aún ayudándole con la niña, incluso sacrificando horas de descanso para mi, o haciendo todo lo concerniente a la casa, parece haber ganas o tiempo para acariciarse, masajearse y entregarnos al placer. Si acaso, tuve que conformarme con oler y chupar el néctar femenino y acorralar una vez más entre los dedos a mi inquieto órgano masculino.

¿Porqué de novios la actividad sexual era un ingrediente principal y apasionado y ahora no?. ¿Entramos ya en la decadente rutina matrimonial?.

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