miércoles, 22 de junio de 2011

096 Noches ajetreadas

En los últimos días, quizá atribuyéndole algo de causa al repentino calor que nos ha sobrevenido con un verano que parecía no querer llegar, las noches se hacen largas. Nos acostamos tarde; nos levantamos pronto. No conseguimos conciliar un sueño profundo y duradero. Todo son vueltas en la cama; taparse con la sábana, quitárnosla, levantarse a beber o a orinar...

Quizá también es ya parte de la inquietud que sobreviene con saber que todo está a punto; queremos que nazca, la esperamos de un momento a otro. Estos últimos días se van haciendo largos y pesados, sobre todo para ella y más con el calor.

Así que una de esas largas noches de desvelo, cerca de la madrugada, decidimos levantarnos para ir a ver el amanecer. ¿Desde dónde podríamos verlo mejor?.

A mi no se me ocurrió otra cosa que ir al Castillo de Cocentaina, situado en una población vecina. A las 6 de la mañana estábamos en el retén de la policía local que custodia las llaves del castillo. “Comprendo que estas no son horas, pero no podíamos dormir...” Le dije a la mujer policía que sin poner pega alguna, ni hacer ningún comentario al respecto, tomó mi documento de identidad y teléfono, rellenó el formulario y nos dio las llaves, quizá esperando que esto no sirviera de precedente o a saber qué otras cosas pensaría.

A las seis y media estábamos ya en las puertas del castillo donde nos sorprendió encontrar a otro hombre haciéndole un reportaje fotográfico a una figura, con el amanecer de fondo.

Abrimos el castillo, le ofrecimos subir para tomar fotos desde arriba y por nuestra parte, también fotografiamos el paisaje, el amanecer desde el castillo, viendo como poco a poco el sol nos bañaba la cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario