miércoles, 24 de agosto de 2011

145 Profesionales de la materia

Parece que criar y educar a los hijos no es nada sencillo. Puede resultar fácil equivocarse o simplemente pensamos que las cosas se deben de hacer de una determinada manera. Enseguida podemos encontrarnos con gente que nos dice que los hijos son para toda la vida, que si algo hacemos mal, deberemos cargar con ello para siempre, que las cosas hay que hacerlas de esta o aquella otra manera, que si no, los malcriamos. Ahora lo oigo más que nunca.
Es curioso. Todos somos los mejores profesionales en cualquier campo, tema o materia que se nos presente. Así pues, estamos plenamente capacitados para dar consejos a los demás. Pero podemos encontrarnos con puntos de vista tan dispares, que es para acabar locos, o como mínimo, mareados. Lejos de tener una diversidad enriquecedora, acabamos teniendo diferencias que crean división y en su mayoría, conflicto, porque otros acaban por hacer las cosas de manera diferente a como nosotros pensamos que deberían hacerse.
Ni aún teniendo multitud de experiencias y estudios, tampoco conlleva que ello implique que tengamos plena razón sobre un determinado tema, puesto que los estudios siempre toman como muestra una población pequeña, comparada con el numero de habitantes del planeta, teniendo siempre el marco de una cultura concreta y a menudo una o pocas más generaciones objeto de estudio y esos estudios tampoco tendrán en cuenta la totalidad de los demás factores que influyen sobre los resultados. Del mismo modo, siempre habremos sido meros aprendices de lo que otros han investigado o los pocos autores que nosotros hayamos estudiado. Así que el conocimiento que tengamos, siempre será limitado y en su mayor parte, de segunda.
Así que, sin creernos dioses del conocimiento y la sabiduría y bajamos de nuestros pedestales, con humildad, desde el punto de vista de que somos iguales y sin creernos mejores ni más acertados que los demás, podemos compartir lo que somos, lo que hemos vivido y lo que pensamos, por ejemplo ahora, sobre la crianza de los hijos.
Sólo desde el respeto hacia lo que el otro cree, piensa o hace, sin tratar de imponerle aquello que nosotros estamos convencidos que es mejor, porque sería lo mismo que tratar de imponer o convencer con una creencia política o religiosa, estamos en disposición de hablar, de tratar con los demás.
Simplemente el hecho de conocer lo que otros están viviendo, compartiendo la experiencia con otros padres, nos puede ayudar a saber cómo vamos o si más o menos nos encontramos dentro de lo "normal". También podemos hablar con profesionales de la materia, que nos podrán asesorar mejor, aunque tengan sus limitados horarios de consulta o a veces nos topemos con algunos que no ganen nuestra simpatía o no resulten afines a nuestra forma de ser y pensar, en cuyo caso, siempre podemos solicitar un cambio de profesional.

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