Bueno,
si será la cigüeña o no, el segundo ya viene de camino. “Ahora
tendremos uno para cada uno”. ¡Prepárate!, te dicen todos con una
sádica sonrisa que da cualquier cosa menos ánimo. ¡Un niño
siempre es motivo de alegría! Esto sólo nos lo ha dicho mi cuñada,
que si por ella fuese, estaría siempre embarazada. Todos los demás
padres parece que presentan la paternidad de segundas como la
antesala del infierno, y eso que muchos de ellos no tardan en
incorporarse al trabajo y empaquetarlos en la guardería o con los
abuelos.
Conocemos
a personas defensoras de la crianza natural, el apego y el
amamantamiento mucho más allá del año y pico largo, que ni de coña
repiten la experiencia de tener otro hijo. ¡Paradojas de la vida!
Pardillos de nosotros, parece que vamos ya camino de sentencia.
Celos,
lloros, pataletas, peleas, mordiscos… y pilas nuevas para ellos y
unas ya gastadas para nosotros. Y ahora no nos podremos turnar porque
“tendremos uno para cada uno”. ¡Ya veremos cómo sale la cosa!
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