martes, 12 de abril de 2011

074 El ginecólogo

Contrariamente a nuestra economía, arrastrados por la ilusión de saber algo más sobre nuestra hija, ayer fuimos nuevamente a un ginecólogo privado, aunque lo cierto es que a mí me interesaba más saber que mi mujer está bien. Lo único que sacamos en claro es que la niña viene de nalgas, aunque aún es muy pronto y tiene tiempo suficiente para darse la vuelta.
¡Fue una visita para llorar!. Por 25 minutos pagamos 120€. ¡Eso es lo que hay!, si lo quieres lo tomas y si no lo dejas. ¡Y encima sin recibo, tiquet o factura!. A saber lo que se declarará.
Parece que como no hemos ido a todas las visitas que marca en su consulta, pues atiende como atiende, porque si trata también así a los demás, es como para no volver nunca. Lo cierto es que teníamos buenas referencias de él, pero eso sí, de gente que había ido a todas las visitas pagando religiosamente. Por mi parte, no podría opinar lo mismo.
Hay una gran diferencia respecto a la primera vez que fuimos y por si fuera poco con sus honorarios, hemos de traer el DVD para que nos grabe la ecografía. ¡Por este precio ya podría comprar una latita de DVD's que dar él mismo!.
Nos habíamos llevado también a nuestra sobrina, que está muy ilusionada con el bebé, pero ha quedado algo desilusionada con lo que ha visto, menos mal que le han dado para ella una foto de la cara del bebé. He de decir que eso si me ha parecido todo un detalle.
Por otro lado, parece que yo he gruñido demasiado, porque mi mujer me ha preguntado si no me hacía ilusión ver a nuestra hija. ¡Me he quedado entre la daga y la pared!. ¡Claro que quería verla!, pero lo cierto es que para lo que se ve... Me interesaba más saber que mi mujer está bien, que no hay ninguna complicación, algún tipo de chequeo, etc. Pero al fin y al cabo, tampoco nos garantiza nada. Sea lo que sea, el bebé ya está casi formado y a punto de salir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario