viernes, 7 de enero de 2011

037 Regalo de Navidad

Estos días he estado bastante liado con unos trabajos como voluntario en una ONG y no he tenido tiempo de escribir nada, pero bueno, ya estoy de vuelta.
A mi cuñada la fortuna le ha agraciado con un boleto premiado en el que le ha tocado una pequeña suma de dinero, suficiente para hacer buenos "Reyes". Quiere regalarnos una visita al ginecólogo para tener unas ecografías mejores y comprobar que todo va bien.
Parece que mi mujer necesita sentir esa seguridad. Yo por el momento confío en que todo va a ir bien, pero también admito tener miedo de alguna limitación física del bebé y dada esta posibilidad, quizá también necesite algo más de tranquilidad.
Tenemos buenas referencias de ese médico, así que cogemos cita para antes de Reyes. Cuando llegamos a la consulta, empieza a preguntarle sobre sus antecedentes familiares: Padre con problemas coronarios que le causaron la muerte. Madre con cáncer de mama y que una vez recuperada, le diagnosticaron un cáncer de matriz y también falleció.
Parece que ahora percibo más la importancia de que esos antecedentes necesitarían que se vigilara más su salud. Finalmente pasamos a la sala de ecografías y le hacen quitarse toda la ropa de la parte de abajo y ponerse una toalla para cubrirse. Se sienta en el "Potro" y le piden que se abra de piernas. Le explican qué van a hacer. "¿Qué queréis, niño o niña?". A nosotros nos da igual. "¿Queréis saberlo?". Por supuesto que sí.
El médico empieza con una primera exploración para llevar a cabo una ecografía por vía vaginal. Se da cuenta de que existe una pequeña infección que ha de ser tratada. Me doy cuenta de la importancia y el valor de esta visita privada. De lo contrario hasta dentro de dos meses, en caso de que en la sanidad pública se hubiesen molestado de hacer esta exploración, no habríamos sabido nada y quizá podría traer mayores complicaciones.
Le acaba de poner el ecógrafo y dice que ya sabe lo que es. Increíble. "Bueno, pues es una niña". Nos enseña qué le hace pensar eso. Realmente a mí me parece todo lo contrario, pero si él lo dice... Resulta contrario a todo pronóstico. Mi madre, mis compañeras de trabajo, yo mismo... decíamos que sería chico; es más, en la familia predominan mucho las chicas. Era necesario que viniese algún chico más, pero bueno. Por mi parte, como hombre..., pues me alegra mucho que sea chica. Seguro que me hace babear más, pero lo cierto es que igualmente lo haría si fuera chico.
¿Y ahora qué?. El nombre de chico lo teníamos bastante claro, pero de niña por el momento no hemos encontrado ninguno que nos guste.
En la ecografía el médico dice que todo está bien. Al menos ella esta vez lo ha podido ver todo mucho mejor. Ahora el médico parece que duda de su pronóstico sobre el sexo y trata de mirarlo otra vez, pero la niña se mueve demasiado y no puede. Acaba diciendo que no le gusta equivocarse, pero es niña, aunque por si acaso, no pintemos la habitación de rosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario