Ella se cansa más de lo habitual. Le cuesta respirar cuando caminamos un poco y además, no para de orinar, haciendo más paradas que un autobús urbano. ¡Veremos cuando el bebé crezca algo más!.
Estábamos acostumbrados a caminar bastante, llegando a hacer rutas por la montaña de unos 20 kilómetros. Por la ciudad también paseábamos bastante y a buen ritmo. También cogíamos la bicicleta y practicábamos algo de tenis. Ahora ya no podemos hacer nada de eso. Si vamos por la ciudad, ha de tirar de mi para que no vaya tan deprisa.
Así que al reducir la actividad física y aumentar la ingesta de alimentos, el embarazado parezco yo, porque se me está haciendo una barriga que no tenía antes. ¡Ya no sé cómo quitármela!. He vuelto a quedar con mis compañeros de bicicleta y también me canso más que antes, pero por suerte aún aguanto el tirón.
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