domingo, 3 de julio de 2011

102 Estamos verdes

Cuando ha salido de monitores, he ido corriendo al lavabo antes de que volviesen a llamarla para que pasase a consulta con el ginecólogo.
Tan pronto había entrado a monitores, le dijeron que iban a tardar entre 30 y 40 minutos. Enseguida pensó en mí, que estaría todo ese tiempo esperando fuera. ¡Ya podrían haber avisado antes de entrar!
Según me contó después, las enfermeras le pusieron unas ventosas con electrodos para ver por un lado los movimientos del bebé y sus latidos, por otro las contracciones y los latidos de la madre. Le atendió una enfermera también muy simpática. Al parecer, movimientos del bebé había muchos, pero contracciones había muy pocas.
Después pasamos al ginecólogo. Es el último que nos atendió en las ecografías. A su lado estaba el enfermero que la hizo pasar a monitores y que renegó por estar de portero. Nos explican que está en la semana 40 y no puede pasar de la 42. Esperarán como mucho a la 41 y 3ó 5 días más, y si no, le inducirán el parto.
A continuación le pide que se quite la parte de abajo y ¡Alá!. ¡A exponer el "chocho" una vez más!. Le mete los dedos con la crema justita para ver si ha dilatado algo, pero no es así. A continuación le hace una ecografía que también se ve fatal, y nos dice que la niña pesa aproximadamente unos 3,8Kg. ¡Casi nada!. "Bueno, tu eres alta y esto es orientativo", acaba diciéndole el médico ante la cara y el gesto de sorpresa de ella. Finalmente nos dan cita para la semana siguiente.

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