jueves, 21 de julio de 2011

126 Los cambios de la vida

Resultan curiosos los cambios que da la vida y cómo en su transcurso, podemos cambiar de opinión o nuestas acciones por algo totalmente inverso. Recuerdo que de pequeño prefería estar con adultos, dado que sus conversaciones o actividades me resultaban más atractivas que correr detrás de un balón para meterlo en una portería. Ahora, al cabo de los años y viviendo ya una vida de adulto, salvo que haya conversaciones trascendentes, si los hay, prefiero estar jugando con los niños, antes que hablar de los vecinos o del trabajo o de lo mal que nos cae este o el otro o de los trapos sucios de cualquier otra persona.
Igualmente decía que visto el mundo actual, con su delincuencia, su corrupción, egoísmo, indiferencia, injusticias, racismo, desigualdad, consumismo, intolerancia, contaminación, radicalismo, desempleo, intereses económicos o reparto desigual de la riqueza,... era mejor no traer hijos al mundo y que la especie se extinguiera por si sola, dado que resulta duro nadar contracorriente, y más, con la responsabilidad de criar y educar a los hijos, a los que no les dejaríamos más que un mundo maltrecho.
Del mismo modo no me gustaban los niños demasiado pequeños, y menos aún, los bebés.
Y después de todo, ya se ve: padre y encantado con el bebé, incluso tratando de dormirle en mis brazos en medio de una larga noche, aunque eso sí, sigue habiendo algo que continúa turbando la tranquilidad de mi cuerpo.

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